Un campo de concentración, o campo de internamiento, es un
centro de detención o confinamiento donde se encierra a personas por su
pertenencia a un colectivo genérico en lugar de por sus actos individuales, sin
juicio previo ni garantías judiciales, aunque puede existir una cobertura legal
integrada en un sistema de Represión política. Se suelen emplear campos de
concentración para encerrar a opositores políticos, grupos étnicos o religiosos
específicos, personas de una determinada orientación sexual, prisioneros de
guerra, civiles habitantes de una región en conflicto, u otros colectivos.
A diferencia de un campo de prisioneros, que se emplea como
centro de detención de militares enemigos en un conflicto, un campo de
concentración se usa mayoritariamente para la detención de personas no
combatientes (aunque en algunos períodos históricos también se emplearon para
encerrar a prisioneros de guerra). Son centros de detención conocidos
públicamente, usualmente de gran extensión.
Se considera como variante el campo de trabajo, un campo de
concentración donde los reclusos son sometidos a trabajos forzados,
frecuentemente en condiciones deplorables.
Debido al maltrato de la población civil durante la Segunda
Guerra Mundial, se redactó la Cuarta Convención de Ginebra en 1949, legislando
específicamente sobre el trato que deben dar las partes beligerantes en un
conflicto a la población civil.
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